UNA PEQUEÑA HISTORIA DE AMOR...
Marcos la atrajo hacia él, aferrándose a ella le dijo: "por favor, quédate quieta un momento, hay algo que debo decirte y temo que si no lo digo ahora no encontraré el valor luego. Todo este tiempo estuve a tu lado como una sombra, vigilándote, siguiendo tus pasos y callado. Guardé silencio por temor a que huyeras de mí. La sola idea de imaginarte lejos sencillamente me consternaba. Porque mientras yo solo te miraba a ti, tú mirabas a alguien que no te correspondía. Cada noche miré las estrellas y suplique a Dios porque te fijaras en mí. Y ahora que te has dado cuenta que él nunca se fijará en ti, quiero que abras tu corazón y me des una oportunidad. Yo quiero llenar tu soledad, acompañarte en tu tristeza y ayudarte a superar este mal momento que hoy estás atravesando. Quiero convertirme en el dueño de tus sonrisas, caminar a tu lado sin importar el tiempo. Sé que el amor no se puede imponer, pero si tan solo me dieras la oportunidad y lo intentáramos no me quedaría la duda de que al menos intente todo por tenerte y por hacerte feliz. Entonces mi conciencia quedará tranquila porque sé que no fui un cobarde, porque luche por ti como un león o un fiel soldado. ¡Dime Brissia! ¿Me darás esta oportunidad?
Brissia permaneció quieta y en silencio mientras escuchaba a su fiel amigo declararle su amor. Ella nunca había imaginado que él la amara con tal fuerza. Lágrimas caían por sus mejillas mientras pensaba para sí misma: "¡Qué tonta has sido, el amor estaba frente a tus ojos, pero no lo veías! Mientras le contabas tus penas de amor a él y llorabas por quien ni siquiera te tomaba en cuenta, él tiernamente te escuchaba y consolaba, te sonreía y animaba mientras su corazón lloraba por dentro y temblaba de frío. ¡Chica boba, cómo permaneciste por tanto tiempo ciega! Las palabras que esperaba escuchar de aquel que nunca te valoro, hoy las escuchas de un hombre cálido, transparente y sincero.
Así que Brissia decidió en aquel preciso momento darle una oportunidad a Marcos. Ese hombre tierno, amoroso, dulce y sencillo que siempre había estado ahí para ella. Que ni un solo momento la había hecho sentir invisible, que había sido siempre valorada y escuchada por él. Limpió la humedad de su cara, respiro profundo, abrazó a Marcos y le dijo: "Aunque ahora siento mucho dolor y mis heridas sangran, me daré la oportunidad de volver a comenzar y de ver si este corazón puede lograr amarte. Si has tenido tanta paciencia durante todo este tiempo, sé que la tendrás ahora. Yo tampoco quiero negarme la posibilidad de reciprocar el amor de quien realmente me ama. No quiero algún día tener que preguntarme, ¿qué hubiera sido si...? Mejor prefiero tener la respuesta porque no me negué a este chance que la vida me está dando.
Marcos entonces besó la frente de su amada. Lloró con la emoción de quien espera por tanto tiempo que el viento sople a su favor. Le dijo a Brissia: "¡no te arrepentirás princesa! Voy a mostrarte todo lo que te puedo amar y todo lo que me puedes llegar a amar. La tomó de su mano, agarrádola fuerte, pero delicadamente. La invito a la cafetería más cercana para que comiera su postre favorito. Y como aquella noche en que caminaban eran tan fría, tomó su abrigo y se lo dio a ella. Brissia no volvería a sentir frío mientras él estuviera a su lado. Él la cuidaría, la rodearía y protegería con ternura y amor. Ahora Brissia conocería lo que puede llegar a hacer un verdadero hombre cuando ama profundamente y con el corazón.
Autora: Brendaliz Avilés
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